Las mejores películas de la década de 1930 en dominio público.
En la década de los años 1930, la comedia norteamericana tiene un gran crecimiento y viene con grandes nombres: Ginger Rogers, James Stewart, Cary Grant, Katharine Hepburn, Clark Gable, Claudette Colbert... Todos ellos son nombres que brillarán en las grandes producciones de esa década y en posteriores.
También se asientan y consolidan los pilares de géneros clásicos, como el de gánsteres, con títulos pioneros, así como surgen auténticos iconos del cine de terror, donde podemos mencionar al actor Béla Lugosi. Y, de algún modo, se van apreciando en todos estos géneros la plasmación de movimientos referenciales europeos, como el expresionismo alemán.
Entramos también en una década que para muchos significa libertad y transgresión. Detrás de la comedia, todo parecía posible: se tocaban temas arriesgados y sin prejuicos, en los que los planteamientos e historias no tenían cortapisas, con una ventana de libertad creativa enorme y casi sin límites.
Muchos directores se comienzan a especializar en este género de películas, como Billy Wilder, Howard Hawks, Frank Capra o incluso Ernst Lubitsch, que abandona el expresionismo alemán para ir a Hollywood. Algunos de ellos daban todavía sus primeros pasos y estaban aun lejos de los que eran los grandes maestros todavía por aquella época, como Griffith, Lang o Murnau.
Surgen en esa época grandes personajes todavía conocidos hoy en día, como Los Hermanos Marx o El Gordo y el Flaco, además del ya consolidado Charlot.
Durante este periodo, el sonido ya revoluciona Hollywood: las películas sonoras descubren las voces de los actores favoritos del público. Y a partir de 1932 el proceso de mezcla de sonido libera al cine de las limitaciones de tener que grabar el sonido en el lugar de rodaje.
También se produce la implantación del conocido como Código Hays (se estableció en 1930, pero comenzó a aplicarse en 1934), que establecía a través de una serie de reglas restrictivas, qué se podía ver en pantalla y qué no, describiendo lo que era considerado moralmente aceptable... Constituyó un sistema de censura, que prohibía la exhibición en Estados Unidos de la mayoría de las películas europeas o independientes que a menudo violaban el estilo de Hollywood o no representaban el modo de vida norteamericano. No se abandonó hasta 1967, cuando se estableció el nuevo sistema de Clasificación por edades.
Además en 1935 se estrena el primer largometraje a color, La feria de la vanidad, dirigido por Rouben Mamoulian, y, en 1936 aparecen las primeras imágenes a cámara lenta en una película.
Para el listado de películas destacadas de la década, hemos elaborado un listado abierto, donde seguro se pudieran introducir muchos otros filmes de calidad. Lo que sí tenemos claro, es que en esta selección ninguna de las películas es desmerecedora de estar entre las mejores películas de la época.
Añadiremos al final de nuestro listado de 10 películas, otros filmes destacados en la década y que están en dominio público para abarcar más géneros y directores.
Clasicosgratis.com
1. "Luces de la ciudad" (1931), Charles Chaplin
Luces de la ciudad es una de las grandes obras maestras de todos los tiempos, que cuenta el amor entre un vagabundo interpretado por Charles Chaplin y una florista ciega, quien lo toma por un rico millonario.
Ocupa el puesto número once en la lista de las cien mejores películas elaborada por el American Film Institute en el año 2007. Forma parte además de la lista AFI’s 10 Top 10.
Una obra auténticamente indispensable.
2. "M, el vampiro de Düsseldorf" (1931), Fritz Lang
Un clásico del cine y la obra más importante de Fritz Lang. Es determinante para la historia del séptimo arte por introducir fuertes bases para el cine negro, para dejar en claro su tono con el uso espléndido de la banda sonora. Además fue de las primeras producciones en usar el leitmotiv para el cine (las piezas o melodías con las cuales se puede identificar tanto a un personaje y su estado de ánimo, como un momento determinado). Se la considera que inicia las formas que, posteriormente, serían desarrolladas por el llamado cine negro. Entre otras el uso del fuera de campo, para lo que utiliza de manera muy eficaz la banda sonora. Es también una de las máximas representantes del cine expresionista alemán y ha sido modelo para otras películas sobre asesinos seriales.
M, el vampiro de Düsseldorf, está parcialmente inspirada en el caso real del asesino en serie Peter Kürten, quien mató a varios niños en la ciudad de Düsseldorf. Es ampliamente considerada como un clásico de la cinematografía mundial y una obra maestra de su director.
3. "Al servicio de las damas" (1936), Gregory La Cava
Al servicio de las damas es una comedia clásica con un legado duradero. Obtuvo nominaciones al Óscar en las cuatro categorías de actuación junto con Mejor Guion Adaptado y Mejor Director.
Una excelsa comedia de Gregory La Cava, con William Powell y Carole Lombard como protagonistas, que es considerada una de las mejores comedias de la historia del cine, en la que una familia rica contrata a un vagabundo como mayordomo.
4. "Alexander Nevsky" (1938), Sergei M. Eisenstein
Alexander Nevsky fue la primera y más popular de las tres películas sonoras de Sergei M. Eisenstein, en la que nos cuenta cómo este príncipe defendió el norte de Rusia del ataque de los teutones. Una película de aventuras en clave de propaganda política, con una gran banda sonora compuesta por Serguéi Prokófiev.
5. "La calle" (1931), de King Vidor
La calle es un drama social realista, que refleja perfectamente la dura situación de un gran sector de la sociedad americana tras el crack del 29. Fue una película con un marcado carácter social y, en cierta medida, con un estilo conservador. No se enrolaba en ninguno de los géneros que surgieron en la época y, aunque no dejaba de ser una película romántica, se observa cierta influencia del cine europeo.
King Vidor, su director, mostró y retrató desde un prisma realista y cotidiano las diferencias de criterio, de principios, de contradicciones, de ideas preconcebidas o de miseria humana en personas de la misma clase social, de impotencia mal canalizada, seres esclavos de valores externos subsumidos sin conciencia, seres perdidos…
6. "El pan nuestro de cada día" (1934), King Vidor
Otro filme de King Vidor con temática social en la época de La Gran Depresión: una pareja endeudada y sin conocimientos en cómo trabajar el campo, se muda a una granja para vivir de la tierra. Poco a poco, van contratando a otras personas de diferentes oficios, terminando por formar una cooperativa.
Esto supuso en aquella época que la película fuera tildada de roja y tuviera enormes dificultades para su ejecución, puesto que parecía demasiado triste y realista para un momento en el que la gente necesitaba alegría. Ello provocó que fuera rechazada por varios estudios de filmación, teniendo que producirse de manera independiente por el propio Vidor, convirtiéndose en una de las películas más interesantes de su carrera y uno de los primeros precedentes de cine social realizado en Estados Unidos.
7. "El triunfo de la voluntad" (1935), Leni Riefenstahl
Documental propagandístico dirigido por Leni Riefenstahl, realizado por encargo de Adolf Hittler, con el cual quería celebrar el sexto reinado del partido nazi en el congreso, que se había producido un año antes del lanzamiento de esta película.
Es esta controvertida producción, inmoral de hecho, el fiel ejemplo del poder de unas imágenes para distorsionar realidades. Con notable uso de técnica; teleobjetivos, tomas aéreas, buena fotografía y música, combinados con una historia donde Hitler se vende como un mesías.
8. "Vampyr, La bruja vampiro" (1932), Carl Theodor Dreyer
Vampyr, la bruja vampiro no tuvo éxito en su origen, aunque ya se ha posicionado con el nivel que se merece, pero provocó que Carl Theodor Dreyer se alejara de la dirección de cine por algo más de una década. De todas formas, este filme, sin ser el mejor del director, sí se encuentra en uno de sus mejores y fue importante por sus grandes movimientos de cámara, muy de vanguardia, y por los trucos conseguidos por el montaje y el aprovechamiento del sonido para convertir sus escenas en toda una pesadilla. Determinante también para el concepto del “cine de atmósfera”.
En ella, un joven viajero comienza a tener extrañas visiones cuando se hospeda en un extraño castillo, donde descubre a una mujer que ha sido atacada por una vampiro en forma de bruja.
9. "Tú y yo" (1939), Leo McCarey
Tú y yo es una maravillosa historia de amor, tierna y deliciosa, donde las haya. Un pintor francés (Charles Boyer) y una cantante estadounidense (Irene Dunne) se conocen a bordo de un trasatlántico y, aunque ambos están comprometidos, se enamoran. Al final del viaje acuerdan encontrarse nuevamente seis meses más tarde en el Empire State.
Para muchos es uno de los melodramas por antonomasia, que triunfa en sus partes de comedia como en las dramáticas, con un remake del propio director, Leo McCarey en 1957, superior a esta y protagonizado por Cary Grant y Deborah Kerr.
10. "39 escalones" (1935), Alfred Hitchcock
Cuando Alfred Hitchcock estrenó 39 escalones ya llevaba una veintena de películas, pero fue esta la que lo consolidó rotundamente, siendo quizá la mejor de su etapa británica. Una adaptación capaz de hacerle cambios a la obra original sin que se perdiera la esencia, dándole dinamismo a la historia, creando un balance único entre dramatismo y humor. Fueron tan efectivas varias de las escenas que Hitchcock creó en este filme, con sus esquemas estructurales, que se convirtió en el antecedente perfecto para algunas de sus futuras obras maestras.
En la película, un hombre intenta ayudar a un agente de contraespionaje en Londres, pero cuando matan a dicho agente, el hombre es acusado y tiene que huir para salvarse y detener un círculo de espías que busca información altamente secreta.
Otros filmes destacados de la década en dominio público
Comenzando por quien terminábamos nuestro listado, Alfred Hitchcock, vamos a añadir uno de los filmes de su etapa británica más reconocidos: Alarma en el expreso (1938). Una película adictiva con la que te sumerges en la intriga propuesta y desarrollada por el autor, demostrando en sus primeras etapas su gran personalidad y estilo definido: por una avería en un tren, los pasajeros se ven obligados a pernoctar en un hotel, donde dos de mujeres entablan amistad. Al reanudarse el viaje, una de ellas echa en falta a la otra...
Y, siguiendo con las películas de intriga, podemos destacar la dirigida por Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack, El malvado Zaroff (1932), un thriller de terror brutal donde un millonario solitario en una isla solitaria se dedica a cazar a pobres náufragos.
Si quisiéramos destacar algún director, podríamos hablar de William A. Wellman, John Cromwell y el japonés Yasujiro Ozu.
Del primero podemos destacar Ha nacido una estrella (1937), nominada a 8 premios de la Academia y ganadora de dos de ellos, y de la que no sabemos ya ni cuántas versiones tiene... siendo esta la primera de ellas, no tan reconocida como la de 1954, pero también interesante; y La reina de Nueva York (1937), un filme apreciable de drama, comedia y enredo, de los que no pueden dejar de disfrutarse.
Del primero podemos destacar Ha nacido una estrella (1937), nominada a 8 premios de la Academia y ganadora de dos de ellos, y de la que no sabemos ya ni cuántas versiones tiene... siendo esta la primera de ellas, no tan reconocida como la de 1954, pero también interesante; y La reina de Nueva York (1937), un filme apreciable de drama, comedia y enredo, de los que no pueden dejar de disfrutarse.
De Cromwell podemos destacar Cautivo del deseo (1934), un melodrama con mujeres fatales, donde destaca el reparto, que incluye a Bette Davis, Leslie Howard y Frances Dee; también El pequeño Lord (1936), en quizá la más destacada de las adaptaciones de la novela de Frances Hodgson Burnett, un drama donde un niño heredero de una gran fortuna que se ve obligado por testamento a vivir con su abuelo, amargado, distante e irascible… También podemos añadir Argel (1938), antecedente de Casablanca, con una trama negra más que atractiva y llena de encanto y romanticismo. Con respecto a Yasujiro Ozu, podemos decir que muy poco se conserva de sus producciones de las décadas anteriores, pudiendo destacar del "más japonés de los directores japoneses" su filme de 1936 titulado El hijo único, en la que una campesina se esfuerza al máximo para que su hijo pueda recibir en Tokio una buena educación; pero años más tarde lo visita y descubre la cruda realidad.
John Ford ya había hecho buenas películas y en esta década dentro del dominio público, tenemos que mencionar de su autoría El juez Priest (1934), que nos retrata la vida de un honesto y dedicado juez de un pueblo sureño, con todos sus problemas, algunos difíciles y otros divertidos...
Por su parte, Lewis Milestone, dirigió varios filmes que podemos resaltar, como Sin novedad en el frente (1930), Un gran reportaje (1931), que adapta por primera vez la obra The front page de Ben Hecht y Charles MacArthur y, estando lejos de las mejores (Luna Nueva, de Hawks en 1940; Primera Plana, de Wilder en 1974), tampoco las desmerece. Otra de sus películas reseñables podría ser Bajo la Lluvia (1932), con Joan Crawford interpretando a una prostituta acosada por un misionero.
Adiós a las armas (1932), de Frank Borzage, es una historia atemporal y la primera adaptación tras el éxito de la novela de Hemingway de 1929, ambientada en la I Guerra Mundial, y protagonizada por Gary Cooper y Helen Hayes en la trama amorosa.
Como colofón a estas otras películas que queremos mencionar, añadir El perro de los Baskerville (1939), basada en una de las historias más conocidas de la obra de Arthur Conan Doyle y dirigida por Sidney Lanfield; La vida futura (1936), de William Cameron Menzies, una obra apocalíptica de ciencia ficción que destaca por sus efectos visuales y que parece tomar como referente a la alemana Metrópolis (1927); los últimos pasos del lenguaje cinematográfico imperante en la década anterior, con la película Abraham Lincoln (1930), dirigida por D. W. Griffith, una biografía sobria y bien estructurada, si bien no está entre las mejores obras del maestro; La legión de los hombres sin alma (1932) , dirigida por Victor Halperin y con Béla Lugosi como icono, un auténtico clásico de culto pionero en el género zombi, aunque no como los entendemos hoy en día; y, por último, otro cuento atemporal de animación, y que se ha adaptado una y mil veces: Los viajes de Gulliver (1939), de Dave Fleischer: el segundo largometraje de animación producido en los Estados Unidos después de Blancanieves y los siete enanitos (estrenada en 1937), y que utilizó la técnica Technicolor en los Fleischer Studios, rival número uno de Walt Disney Company durante los primeros tiempos de la animación, y responsable de una serie de personajes animados icónicos, como Betty Boop o Popeye, e incluso de la primera encarnación animada de Superman.